Tipos de LHH
Hay dos tipos de LHH. La LHH “primaria” o “familiar” es provocada por un problema hereditario del sistema inmunitario. La LHH “secundaria” puede ocurrir cuando el sistema inmunitario sufre una alteración (por ejemplo, infecciones), pero no necesariamente a causa de una afección hereditaria. Ambos tipos de LHH pueden poner en riesgo la vida. La LHH puede provocar insuficiencia hepática, problemas respiratorios, inflamación del cerebro e incapacidad de combatir infecciones.
La LHH se da con mayor frecuencia en bebés y niños pequeños. De todos modos, puede darse a cualquier edad, incluidas la adolescencia y la adultez.
La LHH es una enfermedad rara (muy poco frecuente). Las estadísticas indican que se da en aproximadamente uno de cada 50.000 niños. Por eso, muchos proveedores de atención médica no están familiarizados con sus síntomas y con frecuencia no se diagnostica por demasiado tiempo.
¿Cuáles son los síntomas de la LHH?
La LHH puede ser difícil de diagnosticar porque los síntomas iniciales pueden ser similares a los de las infecciones comunes. Los síntomas de LHH que podría notar en su hijo(a) incluyen los siguientes:
- Fiebre persistente
- Sarpullido
- Aspecto amarillento en la piel o los ojos (ictericia)
- Tos, dificultad para respirar
- Ataques tipo convulsión
- Estado mental alterado
Otros problemas que podría encontrar el médico de su hijo(a) incluyen:
- Hepatitis
- Insuficiencia hepática
- Recuento bajo de componentes de la sangre
- Hígado agrandado
- Bazo agrandado
¿Cómo se diagnostica la LHH?
Como es tan poco frecuente, muchos proveedores de atención médica no reconocen los síntomas. La LHH puede “verse como” ciertos tipos de cáncer en las primeras etapas de la enfermedad. Este es el motivo por el cual es frecuente que la enfermedad no se diagnostique bien, o no se diagnostique por demasiado tiempo.
La LHH solo se puede diagnosticar mediante análisis de sangre adecuados en un entorno clínico adecuado. Los médicos podrían extraer algo de líquido del canal medular para buscar LHH en el cerebro. Es importante recordar que algunos tipos de cáncer (como leucemia y linfoma) pueden presentar síntomas similares a la LHH, y por eso esas afecciones se deberían investigar en forma adecuada durante los análisis en un paciente que se sospecha que tiene LHH.
Para diagnosticar LHH y desarrollar un plan de tratamiento personalizado, los médicos deben hacer las siguientes pruebas.
- Análisis de sangre. Estos incluyen recuentos sanguíneos, función hepática, estudios de infecciones y marcadores de activación del sistema inmunitario, como los niveles de ferritina y del receptor soluble de IL-2.
- Aspiración y biopsia de médula ósea (tomar muestras de la médula ósea del paciente, el órgano que fabrica la sangre)
- Punción lumbar. Los médicos la hacen para obtener líquido cefalorraquídeo para averiguar si la LHH está afectando al cerebro.
- Estudios de imágenes. Estos pueden incluir radiografías, tomografías computadas, ecografías e imágenes por resonancia magnética.
- Pruebas genéticas detalladas
¿Qué afecciones genéticas causan LHH?
La LHH “primaria” o “familiar” es provocada por un problema hereditario en los genes que controlan cómo mata el sistema inmunitario a las células infectadas por virus y otras células anormales en el cuerpo de una persona. Estos genes incluyen a PRF1, MUNC13-4, STXBP2 y STX11.
La LHH también se da en algunas enfermedades hereditarias cercanas. Algunas de ellas son:
- Enfermedad linfoproliferativa ligada al cromosoma X (XLP), que se debe a mutaciones en los genes SH2D1A (XLP1) o XIAP (XLP2)
- Síndrome de Griscelli tipo II, que se debe a mutaciones en el gen Rab27a
- Síndrome de Chediak-Higashi, que se debe a mutaciones en el gen LYST.
La LHH “secundaria” puede ocurrir cuando el sistema inmunitario sufre una alteración (por ejemplo, infecciones), pero no necesariamente a causa de una afección hereditaria.
¿Por qué tienen como resultado LHH estas afecciones?
En los pacientes con LHH primaria, las células T y NK no pueden matar con normalidad a las células infectadas por virus u otras células anormales. Por lo general, las células T y NK lo hacen excretando señales de muerte hacia células anormales. Cuando no pueden hacerlo, se “sobreexcitan” y esto genera una inflamación inusual y severa.
Las proteínas que fabrican los genes MUNC13-4, STXBP2, STX11, Rab27a y LYST funcionan como la maquinaria de una cinta transportadora y son responsables por la secreción de las señales de muerte que producen las células T y NK. El gen PRF1 fabrica una proteína llamada perforina. Funciona como una llave, que permite a las señales de muerte excretadas ingresar en una célula anormal, donde las señales de muerte pueden funcionar.
SH2D1A es responsable por un mecanismo más especializado para esta aniquilación y controla cómo mueren las células T mismas. Todavía no está claro del todo por qué las mutaciones en XIAP causan LHH.
¿Cómo tratan los médicos la LHH?
El tratamiento inmediato es muy importante para los pacientes con LHH, ya que la enfermedad suele ser mortal. Los primeros tratamientos por lo general se usan para detener la inflamación en el cuerpo. Estos tratamientos suprimen el sistema inmunitario, lo que ayuda a reducir el daño que sufre el cuerpo de un paciente.
Los tratamientos pueden incluir:
- Esteroides más quimioterapia, para calmar la hiperinflamación
- Terapia de anticuerpos, que bloquea algunas proteínas inflamatorias o destruye las células T que las fabrican
- Medicamentos que suprimen el sistema inmunitario
- Medicamentos que ayudan a tratar cualquier infección que esté presente y a prevenir nuevas infecciones
Con el tratamiento, la LHH podría quedar bajo control luego de algunas semanas. Pero podría volver a aparecer y agudizarse más adelante, en especial a medida que se disminuye el tratamiento y un paciente podría necesitar más tratamiento.
A menudo, los pacientes con LHH primaria necesitan un trasplante de médula ósea. Con frecuencia los pacientes que se someten a un trasplante de médula ósea exitoso viven vidas plenas y productivas.